"Como una flecha".Cuadro del autor

viernes, 16 de mayo de 2014

Povedilla, mayo 2014



                                                       Inmediaciones de Los Coloraos

EL COLECCIONISTA, YO UNA VEZ MÁS



(Escrito en el año 2003)

                        I

Soy el notario de un mundo derruido.
Los despojos del tiempo
vienen a mis manos.
Yo recojo primorosamente
estos mudos testigos del pasado.
Si no lo hiciera
muchos quedarían abandonados
a la furia de la intemperie,
serían injustamente borrados.
Por eso recojo
lo que otros han tirado.
Y todo eso que a mí llega
lo mimo, lo limpio y lo guardo
en mi casa y en mi memoria
o en mi corazón estupefacto.

Junto a los escombros hay ropas
y aperos de labranza,
medallas, cuchillos,
algunos objetos de uso cotidiano,
algún hacha pulimentada,
monedas, cuadros,
incluso marfil o hueso labrados.

                        II
Y además, los domingos,
voy religiosamente al rastro.
Allí paso frío esperando
que aparezca la pieza
que aún no he conquistado.
Algunos empujan
y meten la mano
y no te dejan coger
lo que estabas esperando.
Tú te ríes de estas miserias
de compañeros avaros.

Pero alguna vez te sonríe la fortuna
cuando estos buitres
se han ido al café de al lado,
o bien te ofrecen a ti solo
lo que saben que es de tu agrado.
Y con esa pizca de suerte
olvidas los madrugones,
lo que te has gastado,
las malas caras de tu mujer,
los largos minutos de aire helado...

viernes, 18 de abril de 2014

Pozo del Cortijo Pretel POVEDILLA



Mediados de abril. El nivel freático está a raíz del suelo. El agua del pozo discurre a través de la cañada. Entre la vegetación, los renacuajos dominan su hábitat. Atardece y los tonos del cielo llenan de reflejos la superficie acuática

viernes, 7 de febrero de 2014

Un escrito mío en prosa de 1983



AMO TUS HUESOS     
 

Busqué entre la bruma tu imagen y encontré tu esqueleto. Me aferré a los huesos, no quería soltarme. Quise ser músculo, transformarme en músculo para tus huesos, piel y sangre que te reviviera. Y, aunque todo fue inútil, vi iluminarse las cuencas de tus ojos y tus dientes sonreír. Me abrazaste, en un esfuerzo supremo, y volví a ser tuyo por un instante. ¡Qué dicha! Reviví mil imágenes que hablaban de los dos... Volvió la realidad y tú a ser polvo; tus  huesos inertes y fríos se dejaron caer, y yo enloquecí. Mas, a toda costa, quería volver a hacerte mía otra vez. Cogí un puñal y fui quitándome la carne poco a poco; y, al final, cuando la muerte me rondaba, te abracé -me abrazaste- y vi como me sonreías.  

2-3-1983         

jueves, 2 de enero de 2014

Paseo en la noche



Nubes en el cielo, nubes que se ven muy blancas en este anochecer. Se escuchan gorjeos de pájaros, cantos que son humo en los recovecos de mi memoria; pájaros que no se ven, que solo se adivinan, y yo me extasío en la contemplación de un mundo que se pierde y de  un tiempo lejano que suena en mis oídos.